Como nunca en el pasado Francia esta atraversando un momento político y social insólito. Todavia es pertinente la división entre izquierda y derecha. Paralelamente coexista esta discrepancia ideologica, paradojicamente, con brotes violentos, y auge del abstencionismo electoral.
Lo que refleja la existencia de una brecha entre ciudadanos y representación política, sea presidencial, parlamentaria o local.
La fragmentación creciente de los partidos políticos, tanto los de derecha como los de izquierda, el abanico cada día más amplio de candidatos para la presidencial de 2022, confirma el título del libro recién publicado por el ex-primer ministro y antiguo primer secretario del Partido socialista, Lionel Jospin, « Un tiempo conturbado[1] ».
Los hechos son los hechos. No se les puede apartar, sea por ideologia, o sea por patriotismo partidario. Necesitan, si, una reflexión, un intento de clarificación, permitiendo ofrecer elementos de entendimiento de la paradoja señalada : el divorcio existente entre los ciudadanos y el sistema de representación político.
FUSIONES y CORTOCIRCUITOS
Comenzaron ya hace muchos años, tanto las violencias callejeras (llamadas en este artículo, Fusiones), como el desencanto que alejo los ciudadanos de las urnas (Cortocircuitos).
FUSIONES. Las turbulencias violentas de los suburbios en 2005, que afectaron Francia de Norte al Sur, empezaron localmente, con un enfrentamiento entre policía y jovenes, en un barrio de la periferia parisina, Dejaron el presidente Jacques Chirac, -del partido de derecha UMP-, su gobierno como los politicos, sin voz, ni respuestas. Tampoco los manifestantes supieron o intentaron estructurar sus emociones y frustraciones. Se apago el fuego con policía, estado de sitio, y más tarde programas de renovación de los sectores urbanos pobres.
Más tarde, pero poco tiempo después, en 2013, surgieron en Bretaña, región occidental del país, los llamados, « boinas rojas », un movimiento de protesta regional. Una alianza de hecho, interclasista, entre pequeños empresarios, agricultores y finalmente obreros, que juntaron sus preocupaciones, resumiendolas en un eslogan común, « Vivir, decidir, trabajar en Bretaña ». Esta rebelión fiscal se identificaron con un movimiento anti-fiscal de 1675. Los manifestantes enarbolaban banderas antiguas, bretonas unas, y otra escocesa, con cruz anti-inglesa, ubicada sobre un fondo rojo, símbolo del mundo del trabajo. Ocuparon decenas de puentes, destrozaron peajes durante meses, en 2013 y 2014. El movimiento intentó estructurarse, sin conseguirlo. El gobierno, entonces de izquierda, con François Hollande de presidente, sofocó un fuego que no habia anticipado, con medidas fiscales y ayudas económicas. Partidos y sindicatos nacionales, que tampoco, tenian una visión clara, se dividieron. Algunos apoyaron el movimiento, como el sindicato FO (Fuerza Obrera), y grupos nacionalistas bretonos de derecha como de izquierda, y el NPA, una formación trotskista. Criticaron a veces duramente las « boinas rojas », el Partido de izquierda de Jean-Luc Mélanchon y EELV, los Verdes.
El fenómeno díscolo bautizado como el de « los chalecos amarillos » apareció de forma también imprevisible y no anticipada por los responsables políticos, en 2018. Presidia el país, el recién electo Emmanuel Macron, liberal independiente, sin afiliación partidaria de derecha como de izquierda. Espontaneo, el movimiento juntaba gente de la Francia casi invisible, vecinos de los pueblos de campo, y de pequeñas ciudades. Ocuparon rotondas en todo el país, ubicadas en las entradas de las ciudades. Antes de convocar en las redes sociales a manifestar en Paris, como en las grandes ciudades, en lugares históricos simbolícos, y en barrios donde vivia gente adinerada.
CORTOCIRCUITOS. El auge del abstencionismo acompañó estas fusiónes emocionales y espontaneas.
La abstención en las elecciones presidenciales subio de 15,3% en 1965 a 21,3% en 2017. Fue de 28,4% en 2002%, 20,5% en 2012
La abstención en las elecciones parlamentarias subió de 35,6% en 2002 a 51,3% en 2017
La abstensión en las elecciones regionales aumentó de 37,9% en 2004 a 66% en 2021
La abstención en las elecciones comarcales subió de 36,1% en 2004 a 66% en 2021
La abstención en las elecciones municipales subió de 32,6% en 2001 a 55,4% en 2020
En las elecciones europeas la abstención de 1979 (las primeras) a 2019 (las últimas) se mantuvo entre 40% y 59%.
Dejando a parte las europeas (con abstención siempre elevada) y la presidenciales (que mantienen una participación fuerte), se nota un pasotismo electoral creciente en los veinte últimos años. Coincide con el aumento de las manifestaciones violentas e imprevisibles.
CONFUSIONES
Segun los sondeos, muchos franceses adultos aprueban estas expresiones de polÍtica emocional. 40% tenian alguna forma de simpatía con las « boinas rojas » por ejemplo en diciembre de 2013[2]. En diciembre de 2018, en el momento estelar de los « Chalecos amarillos », 46% de los franceses apoyaban sus acciones[3]. ¿ Serian el miedo y las emociones, acaba de escribir el sociólogo y ensayista Pierre Rosanvallon[4], la forma privilegiada hoy en dia de manifestarse en el ambito ciudadano ?. Antes de concluir, « Son las pruebas de la vida que diseñan el mapa social », Lo que quiere decir que no son las ideologías, o las grandes teorías. A lo mejor, encuestas, análisis sociológicos, documentan a posteriori, y describen, la naturaleza del nuevo panorama polótico : la fragmentación territorial, el auge populista, la desconfianza con respecto a las instituciones. Pero no permiten entender las razones del motor que empuje franceses a tomar puentes o rotondas, armando movimientos sociales efímeros como masivos y violentos.
Paralelamente los partidos políticos perdieron su atractivo histórico, el casi monopolio que tenian para expresar y canalizar malestares, esperanzas y nuevos horizontes. La bipolaridad entre derecha e izquierda, articulada por una formación dominante en cada uno de estos lados partidarios opuestos fue dominante en los años 1970 a 2012. En cada consulta una federación de derecha, asociando gaulistas o neo-gaulistas y liberales, enfrentaba un bloque de izquierda agregando Partido socialista, Partido comunista y centro-izquierda. Mandaban del lado derecha los gaulistas, y del lado izquierda el PS. Existen todavia estos partidos, sean el socialista, como el comunista. O sea la UMP[5]. Pero perdieron progresivamente su hegemonía representativa.
En 2002, PS-PC, y UMP-UDF, obtuvieron 525 de los 577 curules. A saber PS (140), PC (21) ; UMP (358), UDF (27).
Las cifras respectivas en las parlamentarias de 2012 fueron las siguientes : 496 de 577 para los bloques opuestos de derecha e izquierda. Dentro del bloque de izquierda, PS (280), PC (22) ; y para la derecha : UMP (194).
Sus herederos el 18 de junio de 2017 consiguieron 146 de los 577 miembros de la Asamblea nacional. Que se reparten de la manera siguiente : PS (30) ; PC (16) ; LR (derecha) : 100. La fuerza parlamentaria mayoritaria, La République en marche, (La República en marcha), captó 314 de los 577 asientos. Este movimiento poco organizado, más que partido, fue creado el 6 de abril de 2016, solo dos años antes de las consultas legislativas y presidenciales de 2017. Se define como fuerza de apoyo a un individuo, al candidato Macron, sin afiliación partidaria hasta la fecha. Centrado en la acción, la eficiencia, rechazan toda referencia ideológica, sea de derecha o de izquierda.
A partir de 2002 si los grandes bloques y sus componentes se van erosionando. Se nota una personalización creciente de las batallas electorales. Miembros de las grandes alianzas y de sus partidos se marchan. Crean o no crean partidos. Intentan presentarse en las presidenciales. A pesar de las respuestas de los partidos históricos que, organizando primarias, piensaron que podian asi contener las ambiciones y las disidencias. Personalidades de la coalición saliente de izquierda, Jean-Pierre Chevènement, (ex-socialista), Christiane Taubira, (partido radical de izquierda), Robert Hue (partido comunista), se presentaron contra el lider del bloque, Lionel Jospin, primer ministro. La derecha tuvo cuatro candidatos. Lo que quiere decir entonces que tres de ellos hicieron competencia al lider del bloque, Jacques Chirac. El voto se fragmentó. Apenas con 18% de los sufragios consiguió Jacques Chirac acceder a la segunda vuelta. Lionel Jospin perdió esa posibilidad, dada la dispersión fomentada por la multiplicidad de candidaturas « amigas ».
El guión se repite desde 2002 cada vez con más evidencia. Hasta llegar a menos de un año de la presidencial del 10 de abril de 2022 a una oferta política muy fragmentada, centrada en individuos más que en programas alternativos presentados por candidatos de partidos. Hoy en día, a finales de septiembre de 2021, el abanico de postulantes se presenta de la manera siguiente :
El presidente saliente, Emmanuel Macron (LRM, La République en Marche)
Una ultraderecha dividida entre Marine Le Pen, de Renovación Nacional y Eric Zemmour, periodista politico, nacionalista radical y anti-migrantes, especialmente musulmanes. Podria presentarse también, Florian Philippot, ex-Renovación Nacional (activista anti vacuna y pasaporte sanitario).
Una derecha con cinco candidatos potenciales : Xavier Bertrand, independiente (ex-UMP, presidente de la Región Hauts de France) ; y dentro de la UMP Valérie Pécresse (presidente de la Región del Gran Paris), Michel Barnier (ex-Comisario europeo), Eric Ciotti (diputado), Philippe Jouvin (regente), Denis Payre (empresario).
Declararon también su candidatura, como independientes de derecha, François Asselineau (partidario del Frexit), Nicolas Dupont-Aignan (independiente de derecha) ; Jean Lassalle (diputado sin partido), Jean-Frédéric Poisson (independiente de derecha),
Una izquierda fragmentada entre : Fabien Roussel (diputado comunista, secretario nacional del PC) ; Jean-Luc Mélanchon (LFI, La France Insoumise, ex-PS, diputado), Anne Hidalgo (apoyada por el PS, regente de Paris) ; Arnaud Montebourg (ex-PS, ex-ministro de François Hollande) ;
Otros candidatos : Nathalie Artaud (LO, Lucha Obrera, ultra izquierda), Pierre Larroutourrou (ex-PS), Philippe Poutou (anticapitalista)
Una corriente Verde con cinco competidores, Delphine Batho (ex-PS, ex-ministra de F. Hollande), Jean-Marc Governatori (ecologista de derecha), Yannick Jadot (eurodiputado), Eric Piolle, regente de Grenoble, Sandrine Rousseau (ecofeminista)
Otras candidaturas : Marie Cau (candidata transgenero), Alexandre Langlois (sindicalista de la policia), Hélène Thouy (defensora de los animales), etc..
Es cierto que no todos van a superar las exigencias de la ley para presentarse : tener el apoyo cada uno de 500 cargos electos de 30 departamentos, con un máximo de 50 por departamento, Pero queda por entender las razones de una evolución que desagrega lentamente pero progresivamente una institucionalidad electoral, partidaria, ciudadana, que se suponia solidamente enraizado.
¿ DE FUSION, CONFUSION, a EXPLICACIÓN ?
La interrogación es necesaria, y ineludible. Tan numerosas son las teorías explicativas o que se presentan como tal. Es difícil, para el investigador, o el comentarista, abstraerse por otra parte de sus simpatías ideológicas y partidarias personales, que de hecho orientan las claves de entendimiento propuestas. El lector tendra, leyendo, lo que sigue, que recordar que el autor de esta nota, habla desde una Fundación de inspiración socialista y democrática, la Fundación Jean Jaurès.
Desde este contexto, quiero proponer no una o unas explicaciones, sino algunas pistas interpretativas. Actuando como baqueano que abre caminos para interpretaciones más profundas.
1/ Contestaciones ruidosa y a veces violentas, subida del abstencionismo, reflejan un divorcio. Un divorcio entre los electores y sus representantes. Un divorcio que, a pesar de las evidencias, aparece muy paradojico. Todas las encuestas realizadas, sea en los años 1970 como las más recientes confirman en efecto la persistencia, la permanencia, de la división entre derecha e izquierda.
Para la derecha, se valorizan el trabajo, y no la asistencia, la libertad, especialmente la libre empresa, la preservación de la identidad colectiva, lo que supone cerrar las fronteras a migrantes, el rechazo del multiculturalismo, la defensa del servicio público universal, lo que quiere decir la permanencia del Estado en todos los rincones det territorio nacional.
Para la izquierda la igualdad es central. Igualdad de tratamiento entre todos los ciudadanos, como igualdad entre los distintos territorios del país. La libertad concebida como libertad de pensar, manifestar, y publicar. El acceso universal a la cultura y a la educación.
Una investigadora, socióloga, Janine Mossuz-Lavau, realizó una síntesis de los eventuales retrocesos de los valores de derecha e izquierda[6]. La victoria presidencial de Emmanuel Macron, el 7 de mayo de 2017, candidato que rechazaba la pertinencia de esta fractura, podia legitimamente dejar suponer la emergencia de otros factores identidarios. En su campaña electoral, como en sus discursos de presidente, puso énfasis entre un conservadurismo ligado al pasado y una modernidad tecnológica que impone la urgencia de reformas adaptativas. A pesar de haber ganado Macron, la investigadora, concluye un artículo suyo dedicado a este temãtica, de la manera siguiente, « En los últimos tiempos la fractura izquierda/derecha apareció barrido por una campaña presidencial valorizando el eslogan, « y de derecha y de izquierda », presentado a veces como « ni de derecha, ni de izquierda ». (..) En lo referente a las identidades politicas, para hombres y mujeres de a pie, sigue vivo»[7].
2/ Se puede entonces hacer la hipótesis que Emmanuel Macron fue el ganador del mal menor. Huerfanos de valores, que no representan más, o de manera deficiente, los partidos dominantes, de izquierda como de derecha, los electores apostaron por un gestionario eficiente, procedente de la tecnocracia pública, pasado por la puerta giratoria al sector bancario privado. Sin pasado partidario, tenia el de ex-funcionario de un gran banco y de miembro saliente de un gobierno dirigido por un presidente que venia del partido socialista, Fue también un voto de rechazo, rechazo a la gestión del Jefe de Estado saliente, François Hollande, que no pudo presentarse con un balance castigado por una mayoría de ciudadanos, de derecha pero también de izquierda, rechazo también a la candidata de segundo turno, la ultraderechista Marine Le Pen. El rechazo, conviene recordarle, fue el motor de la votación de la presidencial anterior. Rechazo al presidente saliente de entonces, Nicolas Sarkozy (UMP-derecha), que facilitó la victoria de François Hollande (Partido socialista).
3/ Queda por entender el sentido de estos votos negativos, que confirman la huelga de toda participación a la vida ciudadana, practicada por los abstencionistos, o por los contestatarios.
La vida politica y social refleja los grandes movimientos de la economía. El mundo de hoy, globalizado, se va alejando cada vez más del de los años 1950 a 1990. La disolución de la Unión soviética, la contrucción de un espacio financiero, comercial y económico global, tuvo, y no podia ser de otra manera, incidencias fuertes, en las economias de los Estados, la vida social y politica de los Estados, Limitandonos aqui a este último aspecto, la capacidad soberana de los Estados se fue erosionando. Grandes Estados, con potencia económica, financiera, numérica y tecnológica, ahora son actores incidiendo en los procesos de decisión de Estados menos dotados. Empresas multinacionales tienen también esta capacidad. En Europa, se habla aqui de la Unión europea, los Estados miembros vieron después del tratado de Maastricht de 1992, sus procesos de toma de decisiones fuertemente reducidos. Los gobiernos perdieron el control de sus monedas, de sus aranceles, y aceptaron reglas de funcionamiento colectivo, comunitario en el argot de Bruselas, que son de inspiración liberal : deficit presupestario minimal (3%°), control estricto de la inflación y de la deuda pública, Europa mercado, lo que quiere decir reglas de competencia asimilando servicios públicos a monopolios e invitando a transformarles en empresas públicas.
Los margenes de actuación del gobierno francés, como de cualquier gobierno europeo son entonces limitados por estas reglas de inspiración liberal. Construir alternativas politicas y económicas es casi imposible. A lo mejor se puede actuar sobre la política social, todavia de competencia nacional, El diagnóstico al respecto no es contestado por nadie. Si lo son las conclusiones a veces muy opuestas que unos sacan de esa realidad. Para José María Maravall, universitario, ex-ministro de Felipe Gonzalez, « Se habla de una mayor gobernanza europea, pero no se sabe qué quiere decir ni si es acaso posible con la diversidad de intereses y los desequilibrios existentes »[8]. El sociologo e historiador Emmanuel Todd, profundiza, cuando escribe que desde el tratado de Maastricht (nota : en 1992), « Francia perdio su soberania económica, y entonces sin más su soberania [9]». Desapareció entonces la capacidad de fabricar, sobre todo del lado izquierdo, alternativas programãticas.
4/ Para salir de este callejón aparentemente sin salida responsables de derecha como de izquierda apostaron por reformas creadores de una politica de mercado, acorde con la economia. La elaboración de programas alternativos casi desapareció. Al beneficio de mensajes elementares de algunas lineas, que se parecen más a los usados por la publicidad comercial. La seducción se substItuyo a argumentos. Subieron las apuestas por individuos en competencia. Cada vez más se puede equiparar las elecciones a la liga de fútbol. No se discutan las reglas. Los vencedores comparten el respecto en un caso del reglamento de la liga de fútbol, y en el otro de la economia de mercado a la europea.
Contexto que socava la vida partidaria e permite entender la fragmentación creciente que divide y fractura las formaciones políticas que no son más que clubes a lo mejor dedicados a organizar campañas publicitarias, elogiando las virtudes personales de tal o tal candidato.
Contexto que favorece la penetración de la ideologia del liberalismo económico y político. Philippe Corcuff, profesor de ciencis políticas, describio en un libro recién publicado, como « la ultra derecha esta ganando, en Francia, la batalla de las ideas »[10]. El deficit de alternativas, la incapacidad de plantear temáticas sociales, centradas en la busqueda de igualdad, genera por el autor, un confusionismo, abierto a todos los discursos del miedo que vehicula la derecha : miedo a los migrantes, miedo a la perdida de una identidad amenazada por el islam, miedo al feminismo.
5/Las izquierdas estan por el momento empantanadas entre un pasado partidario que se va desarmando y un futuro ausente de críticas al sistema. No hubo en Francia intentos de teorizar una « tercera via », reduciendo a la caridad pública hacia los más pobres la parte socialista o social-democrata, de las ambiciones de un gobierno progresista. No hubo ni Tercera via a la inglesa, ni Nuevo centro a la alemana, ni republicanismo a la española. Pero se impuso una politica a minima, que renuncio a pensar la complejidad y los desafios del presente. Con al final un conservadurismo subido validando el sistema tal como esta funcionando.
De hecho todas las figuras del socialismo francés después de la decisión de Lionel Jospin de renunciar a la vida politica activa, participaron de una especie de tercera via : desaparecieron los debates con la sociedad, sustituidos por la comunicación, las redes sociales, gano espacio la politica de imagen centrada en el/la candidato/a. Un eslogan articula una campaña, eslogan a veces peligroso, porque no insertado en una reflexión global, que permite medir su viabilidad.
La izquierda critica, identificada en Francia, por el ex-socialista Jean-Luc Mélanchon, combina radicalidad verbal, con discursos con poco contenido de efectividad alternativa. Se ofrece en el marco de un movimiento, inspirado del justicialismo argentino, del bolivaianismo venezolano, y del pensamiento de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, aunque es cada vez más hoy en dia silenciado, un proyecto de toma del poder detrás de un lider carismático en capacidad de unificar las luchas a pesar de sus contradicciones. Del dia después a una eventual toma de poder, se sabe poco.
CONCLUSION
Lo que se tiene que trabajar para reorientar las izquierdas de forma constructiva, recomponer su relación con su electorado, se puede leer en el último documento ideologico elaborado por el PS[11], bajo la responsabilidad de su secretario internacional, Pierre Guidoni. Este documento, traducido al español, se fijaba como linea articuladora, lo siguiente, « Si a la economia de mercado, No a la sociedad de mercado. Esta frase de Lionel Jospin ha sido repetida a menudo. Sus palabras subrayan que aunque el mercado represente una realidad propria, la realidad de la vida no se reduce al mercado. La participación en la sociedad humana no se basa solamente en la economía, pues es también el acceso a la salud, la educación, la cultura, el medio ambiente. Son todos los bienes que por lo esencial no suponen (..) una repartición por el mercado. Una sociedad humana es una sociedad cuyos valores no están sujetos a la exclusiva lógica de las ganancias. (..) Una sociedad
humana es una sociedad que se fija el objetivo de reducir las desigualdades de cualquier naturaleza ».
Reflexión para el futuro que en la actualidad no se puede encontrar en los proyectos ni en los modos de actuación de las formaciones políticas de la izquierda francesa. Sino en los escritos de un universitario, sin afiliación partidaria, Thomas Piketty. En su último libro[12], escribio en particular que, « caminar hacia la igualdad es un combate que nos llegue desde lejos, que esta solo a la espera de continuarlo en el siglo XXI (..) para romper con las divisiones identitarias (..) Lo que supone una recuperación ciudadana para cambiar las relaciones de poder ».
[1] Lionel Jospin, « Un temps troublé », Paris, Seuil, 2020
[2] Encuesta BVA, publcada en « Le Parisien », 27 de diciembre de 2013
[3] Encuesta Statista, publicada en abril de 2019 (encuesta cubriendo los meses de noviembre de 2018 a abril de 2019)
[4] Pierre Rosanvallon, « Les épreuves de la vie », Paris, Seuil, 2021
[5] Siglas de los partidos dominantes :
Derecha : UMP (Union pour un Mouvement Populaire) ; anteriormente RPR (Rassemblement Pour la République) ; y UDF (Union Pour la Démocratie Française)
Izquierda : PS (Parti Socialiste) ; PC (Parti Communiste)
Macronismo : LRM (La République en Marche)
[6] Janine Mossuz-Lavau, Il plie, mais ne se rend pas : le clivage droite/gauche, in Piero Ignazi, Dominique Reynié, coomp., « La vie politique », Paris, SciencesPo Les Presses, 2021
[7] In Janine Mossuz-Lavau op. cit. p 49
[8] José María Maravall, « La democracia y la izquierda », Barcelona, Galaxia Guteenberg, 2021, p 47
[9] Emmanuel Todd, « Les luttes de classe en France au XXIème siècle », Paris, Seuil, 2020, p 201
[10] Philippe Corcuff, « La grande confusion », Paris, textuel, 2020
[11] Contribución del Partido Socialista Francés al Congreso de la Internacional Socialista, « Hacia un Mundo más justo », Paris, octubre 1999
[12] Thomas Piketty, « Une brève histoire de l’égalité », Paris, Seuil, 2021